martes, 22 de marzo de 2011

IDENTIFICANDO LAS CLAVES DEL ÉXITO EN LAS PERSONAS

A pesar de que el momento actual parece indicar lo contrario, sigue siendo fundamental que la función de Recursos Humanos sea capaz de individualizar la gestión sobre las personas clave. A estas alturas, será difícil encontrar a alguien que discuta que para poder realizar una gestión eficaz, es necesario llevar a cabo previamente un diagnóstico adecuado. En lo que se refiere a la gestión del capital humano, una parte fundamental de dicho diagnóstico consiste en descubrir a las personas que componen una organización.
Con el término descubrir quiero referirme a identificar las variables que son críticas en el desempeño y en el desarrollo de las personas, y que por tanto impactan en los resultados del negocio La evaluación de personas ha demostrado ser el mejor proceso para descubrir a cada persona en su ámbito profesional.
Existen diferentes procesos y herramientas mediante las cuales una organización puede identificar en sus empleados las variables críticas que inciden un desempeño exitoso, y que permiten descubrir su potencial. Estas variables son principalmente los comportamientos, habilidades, aptitudes, capacidades, aspectos de motivación y rasgos de personalidad. Estas variables son las que pueden ayudar a una organización a medir y predecir de forma fiable el desempeño de las personas, sus factores de éxito, sus áreas de mejora y su potencial.
En el contexto actual, los recursos con los que las organizaciones cuentan para desarrollar a sus empleados son más limitados que en los últimos años. Sin embargo, la necesidad que tienen para obtener el máximo rendimiento del talento de sus empleados es ahora mucho mayor. Esto implica que el modelo del “café para todos”, aplicado en muchas organizaciones para formar y desarrollar a sus empleados, ya no parece viable. En realidad creo que nunca lo fue, pero la abundancia de recursos con los que vivimos en años anteriores nos hizo pensar que sí.
Parece claro que ahora es necesario optimizar cualquier iniciativa dirigida a identificar y a desarrollar los aspectos claves para el éxito de las personas en las organizaciones. Más allá de fijarnos en los factores de éxito, es crítico poner un énfasis especial en identificar las necesidades de la organización para alcanzar los resultados de negocio, y en las necesidades de desarrollo de las personas que la integran.
En los últimos años hemos visto, leído y oído acerca de muchos programas de formación y desarrollo, que a la postre se han evidenciado como un auténtico fracaso. Y no es que fracasaran porque su modelo pedagógico fuera inadecuado, o porque no tuvieran los avales técnicos suficientes. En la mayoría de los casos el fracaso se producía por el escaso impacto que estos programas tenían en la mejora del desempeño de las personas en su puesto de trabajo. Si el modelo pedagógico era bueno y el planteamiento técnico era consistente, ¿qué fallaba? La respuesta es muy clara, en la mayoría de los casos las acciones de desarrollo se aplicaban sin realizar previamente un diagnóstico sobre las personas, es decir, sin llevar a cabo ningún proceso de evaluación previo que identificara las necesidades de desarrollo que tenía cada una de las personas implicadas en programas de desarrollo.
Seguramente alguien dudará de este planteamiento, puesto que la mayoría de las organizaciones tienen implantados numerosos procesos de evaluación. Efectivamente eso es cierto, tan cierto como que no todo lo que se llama evaluación del talento es tal. Para explicar la manera en que muchas organizaciones llevan a cabo la evaluación de sus empleados, voy a apoyarme en un artículo muy acertado que Santiago Álvarez de Mon ha publicado recientemente en Expansión & Empleo. Reproduzco algunas de las patologías que el autor ha identificado como habituales en las organizaciones a la hora de desplegar procesos de evaluación. En concreto, se refiere a los procesos de Feedback 360, aunque creo que estas patologías pueden estar presentes también en otros procesos de evaluación:
“… – Abundan las generalizaciones, en detrimento de informaciones contrastadas, hechos concretos y gestión rigurosa de los comportamientos analizados.
- En lugar de centrarse en conductas, predominan los juicios de valor.
- Curiosamente, tratándose de la planificación de carreras, pesa más el pasado que el futuro.
- Se mezclan justicia e igualitarismo, y en esa confusión se utiliza la noción de agravio comparativo para eludir la responsabilidad.
- Generalmente el jefe lleva la iniciativa. Bajo el manto de una aparente conversación se asiste a una suerte de monólogo, en el transcurso del cual el jefe comparte su diagnóstico y vende su propuesta.
- Llama la atención la cantidad de evaluaciones infladas de los colaboradores. …”
Seguramente encontraremos más patologías de este tipo, aunque creo que Álvarez de Mon ha identificado y sintetizado las más importantes.
Identificar las claves del éxito de las personas requiere poner el foco en sus factores de éxito, pero si no somos capaces de descubrir y desarrollar de forma objetiva sus áreas de mejora, será más difícil que las personas adquieran un compromiso con su propio desarrollo, y ese no parece el mejor camino para que una persona se desempeñe de forma exitosa en su organización.
En las principales compañías europeas y norteamericanas, la cultura de medir ha ido impregnando todos los procesos de negocio, incluidos los procesos de gestión de personas. Se toman muy en serio sus procesos de evaluación, de forma que puedan garantizar la objetividad, fiabilidad y validez.
En España por ejemplo esta visión no está tan extendida, y son menos las empresas que trabajan con modelos de evaluación bien construidos. Como no hay mal que por bien no venga, la crisis que han vivido está provocando que muchas organizaciones miren hacia las buenas prácitcas de assessment como una vía para optimizar esfuerzos y costes. Los beneficios realmente van mucho más allá de los costes, pero en cualquier caso, esto ya es un gran paso.

lunes, 21 de marzo de 2011

ESQUIZOFRENICOS FAMOSOS


Un 1% de la población adulta mundial padece esquizofrenia.
El Ministerio de Salud informó que más de 280 mil peruanos sufren de esquizofrenia y que solo un 62% tiene diagnóstico definido y recibe tratamiento, mientras que el resto no acude a los servicios de salud.

A lo largo de la Historia, algunas destacadas personalidades han mostrado características fuera de lo común, por lo que se les consideró lo mismo “iluminados” y “santos”, que “hechiceros” o locos. Y que hoy se sabe gracias a los avances de la medicina, que padecían esquizofrenia.

Uno de los casos más famosos es el de Juana de Arco. Una joven de la Francia medieval que pese a ser de origen humilde y no tener estudios logró dirigir con éxito a un ejército que derrotó a los invasores ingleses, bajo la guía de voces que aseguraban le daban consejos de cómo actuar.


Otro ejemplo es el pintor holandés Vincent Van Gogh, uno de los artistas más cotizados a nivel mundial. De acuerdo con los especialistas Van Gogh padecía este trastorno, lo que se dice ocasionó que se cortara una oreja e influyó en sus obras motivándolo a aumentar el tamaño de las representaciones y usar colores más intensos. Van Gogh murió en julio de 1890 tras dispararse en el pecho.


Una situación parecida a la del coreógrafo ruso Vaslav Nijinsky, quien pese a su fama, debió ser recluido en una institución psiquiátrica a causa de esta enfermedad.


El matemático estadounidense John Nash, ganador del premio Nobel de Economía 1994. Un destacado profesor quien escuchaba voces y vivía situaciones irreales y cuya vida fue plasmada en el cine en la cinta “Una mente brillante“.


Marilyn Monroe No tuvo una infancia feliz. La madre de Marilyn fue una mujer inestable, diagnosticada de esquizofrenia paranoide e internada en diversas ocasiones en un psiquiátrico por este motivo. Al parecer, también la abuela materna de Marilyn había sido internada por la misma razón. Es por esto que la actriz vivió obsesionada con la idea de haber heredado esta enfermedad. Aunque Monroe irradiaba sensualidad y ante las cámaras aparecía como una mujer segura, en realidad padecía una inseguridad patológica.


Respecto a los personajes famosos relacionados con la ESQUIZOFRENIA aparecen en varios listados y artículos:

La primera dama de los EEUU durante la guerra civil, mujer de Abraham Lincoln, Mary Todd Lincoln.


Escritores: Jack Kerouac


Hölderlin


Músicos: el compositor y guitarrista Syd Barrett (Pink Floyd)


Peter Green (Fleetwood Mac)


Roger Kynard


Bob Mosley (miembro del grupo Moby Grape)


Alexander "Skip" Spence (miembro de Jefferson Airplane)


James "Beck" Gorden, uno de los mejores bateristas de estos tiempos


Joe Meek (productor discográfico británico de los años 60)


Tom Harrell (músico de jazz)


Charles "Buddy" Bolden (músico de jazz)


La cantante Tina de Las Grecas


El cantautor de punk español Manolo "Kabezabolo"


Actores: La estrella de Broadway, Meera Popkin ("Cats")


Antonin Artaud (dramaturgo, artista)


Deportistas: El atleta Lionel Aldridge, en los años 70, sufrió de esquizofrenia y estuvo sin hogar por dos años. Él ahora da conferencias inspiradoras sobre su batalla contra la esquizofrenia paranoide. Su historia se ha contado en numerosos artículos periodísticos.


Andy Goram, arquero escocés


Médicos: Noelia de Mingo en el año 2003 mató a tres personas e hirió a otras tres en el hospital


Eduard Einstein (hijo de Albert Einstein), el hijo del Dr. James Watson (este doctor co-descubrió el ADN y ganó el Premio Nobel), la madre de Alan Alda (actor de la serie televisiva MASH).

Megan Fox teme sufrir de esquizofrenia. En una entrevista que concedió a la revista británica Wonderland, Megan Fox contó que sufre de brotes de esquizofrenia e incluso detalló pasajes oscuros de su vida como los problemas mentales que tuvo de pequeña, aunque nunca fueron diagnosticados por un psiquiatra.
Megan Fox afirmó que muestra síntomas de sufrir alguna enfermedad mental grave, con alucinaciones auditivas, ilusiones paranoides y disfunción social. "Definitivamente sufro de algún tipo de enfermedad mental pero no he localizado cuál es", señaló.
Por ello, decidida a identificar su mal, Megan Fox no duda en estudiar meticulosamente la vida de su ícono, Marilyn Monroe, fallecida por sobredosis a los 36 años, ya que considera que sufre de los mismos problemas mentales y que éstos podrían llevarla a un final similar.
"Leo cada libro que se ha escrito sobre Marilyn. Temo acabar como ella y constantemente lucho con la idea de que soy retrasada o de que tengo brotes de esquizofrenia. Soy histérica, insegura, introvertida, neurótica y me odio a mí misma", agregó la actriz de 23 años.


Fuente: http://www.schizophrenia.com/famous.htm

El trastorno esquizotípico se encuentra situado entre la personalidad esquizoide y la esquizofrenia. La causa se desconoce, pero se cree que la personalidad esquizotípica tiene un componente genético. Esta creencia se debe a que existe una incidencia mayor en los familiares de esquizofrénicos. El desorden esquizotípico de la personalidad no se debe confundir con la esquizofrenia. Las personas con el desorden esquizotípico de la personalidad tienden a tener creencias y comportamientos raros, pero no están profundamente desconectados de la realidad y generalmente no tienen alucinaciones. (Alucinaciones, delirios y no darse cuenta de la realidad son las características de una esquizofrenia). Este trastorno consiste en una conducta, un habla, un pensamiento y una percepción peculiar y extraña. La persona tiende a aislarse, posee un afecto inapropiado y ansiedad social. Además de esto, los individuos afectados tienen un pensamiento mágico, suelen ser supersticiosos o telepáticos, con ilusiones recurrentes. Su mundo interno puede estar lleno de amigos y miedos infantiles. A veces creen que tienen poderes especiales o que han sufrido experiencias paranormales. Su conducta es rara o excéntrica. Utilizan un lenguaje extraño, circunstancial y metafórico en el que no suele haber disgregación del pensamiento, ni incoherencia. Tienen disminuida su capacidad de relacionase por su afecto frío y distante, no tienen amigos fuera de la familia, llegando a aislarse socialmente. Además de esto, los esquizotípicos pueden ser sensibles para detectar afectos negativos en los demás, son muy suspicaces, siendo hipersensibles a las críticas. Hay que señalar que todas las personas probablemente exhibimos algunos de estos rasgos, en diversos grados y momentos diferentes. Sin embargo, en la personalidad esquizotípica, esos rasgos conductuales son inflexibles, persistentes y desadaptativos. Sus características son los extremos de los rasgos de personalidad normales.

"Si ellos pudieron salir adelante, tú también puedes lograrlo si te lo propones. No se cura sin hacer nada".
http://www.psicologosperu.com/

domingo 20 de marzo de 2011

TARTAMUDOS FAMOSOS

Según cifras de organismos internacionales, la tartamudez afecta al 1% de la población mundial. La celebridad del personaje de la película “El discurso del rey” permite recordar a otros personajes afectados por el mismo problema.

A Jorge VI la tartamudez le sobrevenía en circunstancias estresantes, como cuando tenía que dirigirse al público. Curiosamente, la letra que más dificultad tenía para pronunciar era la k, de ‘king’, rey. Tuvo que tratarse durante diez meses, en 82 sesiones, con el logopeda australiano Lionel Logue. La estupenda actuación de Firth muestra todo esto.

Pero él no fue el único británico célebre con tal dificultad. Winston Churchill también padecía de tartamudez y solía bromear al respecto, pero luchó tan decididamente que sus discursos ahora son legendarios. Él convirtió su problema en una virtud, pues apelaba a la tartamudez mientras disertaba solo para aliviar la tensión y generar humor.

Otro británico notorio también estuvo afectado por lo mismo: Charles Darwin, el creador de la teoría de la evolución, quien heredó este mal de su abuelo, el poeta Erasmus Darwin. Sus conocidos recuerdan que tenía dificultades para pronunciar ciertos vocablos, aunque era un ameno interlocutor. Por eso hablaba con voz tenue y lentamente.

Pero el tartamudo emblemático ha resultado ser siempre Demóstenes, el orador de la Grecia antigua. Pasó años corrigiendo tal trance, gritándole al sol y poniéndose guijarros debajo de la lengua, hasta que logró hablar estupendamente.

Otro célebre personaje de hablar entrecortado fue el emperador romano Claudio. Su biógrafo Robert Graves cree que él usaba este quebranto astutamente para aparentar que era un tonto. Así triunfó en las intrigas palaciegas y accedió al trono de Roma.

Miguel de Cervantes también fue tartamudo y nunca pudo superar el problema.

En cambio, Lewis Carroll, creador de "Alicia en el País de las Maravillas" y otros cuentos, supo desenvolverse muy bien en sociedad con su tartamudeo.

Al igual que William Somerset Maugham, quien llegó a ser un gran escritor, y muy bien pagado además.

Impensadamente, tres estrellas cinematográficas han tenido y tienen este mal. Marilyn Monroe ocultaba tan bien su hablar entrecortado que se habituó a usar un tono seductor, una de sus características de ‘sex symbol’.

Anthony Hopkins, conocido además por su timidez, venció su problema con la actuación.

Bruce Willis ha contado que su dificultad se agravó cuando se separaron sus padres e ingresó a la escuela secundaria. Sus compañeros le ponían apodos. Pero Willis descubrió que sobre el escenario perdía la tartamudez y se abocó a ello. Al terminar la escuela ya era presidente del consejo estudiantil y un actor muy requerido.

Por: Enrique Sánchez Hernani

"Si ellos pudieron salir adelante, tú también puedes lograrlo si te lo propones. No se cura sin hacer nada".
http://www.psicologosperu.com/